Nutrigenética y nutrigenómica. La investigación nos descubre el futuro...

8 de Octubre 2022

¿De qué hablamos cuando hablamos de nutrigenética y de nutrigenómica?

Investigadores y científicos estudian las posibles interacciones entre los alimentos y la genética. Investigaciones que están en sus inicios y que nos anuncian nuevos descubrimientos que aportarán beneficios a la salud pública.

¿Pueden unos afectar a otros?

La Nutrigenética – nuestros genes influyen en la respuesta ante los diferentes nutrientes- nos permite establecer recomendaciones nutricionales basándonos en la predisposición genética de cada individuo. De este modo, nos facilita una herramienta para poder elaborar una dieta equilibrada.

Mientras que la Nutrigenómica -los nutrientes pueden influir en los genes- estudia de qué manera los nutrientes y otros componentes de los alimentos pueden incluso modular el material genético.

Estos estudios nos podrían explicar por qué algunas dietas funcionan para ciertos pacientes y para otros no. Deberíamos tener en cuenta el entorno ambiental que influye en nosotros y la nutrición es parte de ese entorno. De este modo, mientras nos alimentamos de los productos de proximidad, nuestra salud depende de lo que ingerimos de forma habitual, de los alimentos de que disponemos.

Autores como Bourges indican “el estado nutricional es un fenotipo resultado de la interacción entre la información genética de cada persona, su medio físico, biológico, emocional y social”.

Datos mundiales nos recuerdan que la prevalencia de ciertas enfermedades crónicas varía entre individuos, familias y países. El ejemplo de la celiaquía resulta clarificador: la frecuencia en EEUU es de 1 de cada 3000 y en Irlanda la frecuencia es de 1 de cada 200.

El conocimiento del poder de la nutrición nos permite realizar dietas personalizadas para el mantenimiento de nuestra salud.

La doctora Adela Emilia Gómez Ayala se centra en el estudio de la relación (Alimentación- Salud- Genes) en la llamada “Genética Nutricional” y concluye que la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer… se deben a interacciones complejas entre diversos genes y factores ambientales. Utilizar el estudio de los componentes bioactivos de los alimentos para mejorar y prevenir salud, teniendo en cuenta nuestra constitución genética.

La doctora recuerda las dos direcciones entre la interacción Genes-Nutrientes:

- “El estudio de la influencia de los nutrientes en la expresión de los genes. NUTRIGENÓMICA”. Componentes de la dieta, por ejemplo, algunos constituyentes del té verde que pueden disminuir los valores de mediadores inflamatorios.

- “El estudio de la influencia de las variaciones genéticas en la respuesta del organismo a los nutrientes. NUTRIGÉNETICA”. Una aplicación directa es la posibilidad de personalizar la nutrición de acuerdo con la constitución genética, así se podrían ofrecer dietas estándar, por ejemplo, a individuos con variaciones genéticas que modifican su presión arterial o el colesterol sérico.

Se podrían considerar todos los avances en la Nutrigenómica como revolucionarios al descubrir cómo los componentes de los alimentos afectan al genoma y por lo tanto a nuestra salud y posible longevidad.

La diferencia entre las abejas obreras y la abeja reina.

Las abejas obreras y reinas son organismos genéticamente idénticos que viven dos estilos de vida completamente diferente debido a los alimentos que consumen.

Las abejas obreras se alimentan de néctar y polen. Son estériles y viven pocas semanas.

Las abejas reinas se alimentan de jalea real. Son muy fecundas y viven años. El motivo de esta destacada diferencia está en los nutrientes de la jalea real que “pueden desbloquear instrucciones genéticas y crear la anatomía y fisiología de una abeja reina”.

Los nutrientes de los alimentos pueden desencadenar interruptores genéticos que residen en el genoma. La mayoría de los estudios que lo demuestran han sido realizados con animales, donde la dieta de los "abuelos" puede influir en el riesgo de enfermedad y mortalidad de los "nietos". 

Cuando descubrimos que el estilo o hábito de vida es capaz de activar o desactivar ciertos genes, reconocemos en la alimentación, un condicionante de cierto peso y en la Epigenética el estudio de estos factores externos o ambientales implicados en pequeños cambios internos.

De esta manera, un grupo de japoneses, (la población con mayor esperanza de vida), después de la segunda guerra mundial, decidió ir a vivir a Alemania y se acostumbró a la alimentación propia del nuevo país. Por ese cambio, la segunda y tercera generación de aquellos viajeros ahora tienen sobrepeso y han disminuido su esperanza de vida. Es así como los cambios Epigenéticos se transmiten a las siguientes generaciones.

"Investigadores de la Universidad de Málaga y el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) han comprobado cómo la ingesta de grasas y carbohidratos contribuyen a la activación o represión de determinados genes que regulan el desarrollo de patologías como la obesidad, la diabetes tipo 2 y el hígado graso. Por tanto, apuntan una incidencia de la dieta en la genética”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) anuncia “Las primeras recomendaciones mundiales para ayudar a establecer la edición del genoma humano como herramienta para la salud pública haciendo hincapié en la seguridad, la eficacia y la ética”. Focalizado hacia diagnósticos más rápidos y precisos, hacia tratamientos más específicos y hacia la prevención de trastornos genéticos.

Sílvia Pellicer Bertrand

L. Ciencias económicas y empresariales (UAB)

Especialización en Nutrición y Alimentación en Patologías de Gran Prevalencia (UOC)

Máster Universitario en Nutrición y Salud (UOC)

Miembro correspondiente con nº AEND03407 de la Academia Española de Nutrición y Dietética

Salud a mordiscos... y tan fácil!

Sílvia Pellicer